EL KÉFIR 

 

Foto de Eva Roselló

En el Cáucaso, donde el kéfir se ha consumido a lo largo de los años, la gente vive hasta 110 y 125 años y se mantiene en buena salud, no conocen la tuberculosis, el cáncer o las enfermedades de los ojos. El profesor Nokimowa, al observar esto, dedicó toda su vida a estudiar el valor del kéfir, que curaba las enfermedades del sistema respiratorio, los desarreglos del estómago, las infecciones intestinales crónicas, las enfermedades del hígado, la vesícula biliar y los riñones, así como otras muchas enfermedades.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, el Dr. Kranzek comprobó estos resultados tan poco usuales. El cultivo fue traído de Rusia por un piloto de la Swiss Airlines, quien lo dio a un amigo en Zurich. Posteriormente vino a Torremolinos (España) y trajo cierta cantidad de este cultivo a otro amigo.

Este cultivo sólo puede subsistir en la leche. Se multiplica muy deprisa mediante la división de las células, por lo que se debe dar a alguien, ya que es demasiado valioso para tirarlo. Impide que los alimentos se deterioren en los intestinos y por lo tanto, es curativo y prolonga la vida. Va del estómago directamente a la sangre, mientras que otros alimentos tienen que ser digeridos. Puede reemplazar completamente a la leche materna de los bebés e impide las náuseas durante los embarazos. Es una valiosa medicina y un alimento excelente, que puede tomarse solo o con ensaladas, salsas, sopas, etc.

 

CUIDADOS DEL CULTIVO

Para preparar el kéfir, se pone el cultivo en una jarra limpia, preferentemente de cristal (nunca usar metal), se llena con leche tibia, echándole 2 cucharadas soperas del cultivo y dejándolo a temperatura ambiente durante 24 horas. Al cabo de este tiempo, estará en condiciones de ser utilizado. No se debe dejar el cultivo en la leche más de 48 horas, pues estará muy ácido y no se podrá beber. La leche kefirada puede ser refrigerada, no así el cultivo. La jarra no debe tener más de dos tercios de leche, pues el acidophilus da lugar a una presión de gas que aumenta a medida que sube la temperatura y la jarra debe tener por lo menos un tercio de aire. El kéfir, si se toma todos los días, mantiene una buena flora intestinal y ayuda al cuerpo a fabricar la vitamina B.

Otra opción es la de meter los nódulos en una muñequilla hecha con una gasa, así, al cambiarlo de un día para otro, sólo hay que sacar la bolsita e introducirla en la leche nueva. Con eso evitamos el tiempo que nos lleva el tener que colarlo.

 

BENEFICIOS CONSEGUIDOS CON EL KÉFIR

NERVIOS.- Un litro por día. En casos graves, continuar durante un año. Cura la falta de sueño y se mejora el apetito, disminuyendo las depresiones.

MALESTARES DEL INTESTINO.- Un litro y medio diario, durante el tiempo necesario. El paciente no necesita medicamentos.

ANEMIA.- Un litro por día. Después de 3 meses, la sangre es normal; en los casos graves, los adultos deberán tomar 2 litros.

ECZEMA.- Un cuarto de litro por día. Cubrir la piel irritada con kéfir y dejarlo secar. Repetir varias veces al día, lavar y aplicar de nuevo. También se curan los casos crónicos.

CATARRO DE VEJIGA Y ESCLEROSIS.- Un litro por día, mejora en los casos más graves, incluso las esclerosis del corazón. El kéfir regula la presión arterial y regula el peso.

TRASTORNOS DE LA VESÍCULA BILIAR.- Un litro por día. El kéfir cura de 2 a 6 meses. Sin embargo, si el paciente toma crema y leche, los trastornos aparecen de nuevo.

DOLORES DE RIÑONES.- Un litro por día.

INFECCIONES.- Un litro por día, combinando con una dieta muy severa.

HEPATITIS Y CONGESTIÓN.- Medio litro diario de kéfir, que haya sido cultivado solamente 12 horas; tomar antes de acostarse. Se manifiesta mejoría después de 3 ó 4 semanas. Si se regula la digestión, empezar a tomar medio litro de kéfir que haya sido cultivado durante 24 horas.


FABRICACIÓN DE QUESO

En cuanto al kéfir, se puede hacer con él un queso delicioso. Póngase una tela porosa sobre un colador y colóquese en él el kéfir. Déjese gotear. El suero pasará al recipiente y el queso quedará en el tamiz. Es muy sabroso con cebolletas picadas.

ADVERTENCIA.- El cultivo muere si se le deja sin leche durante largo tiempo.

 

 

CÓMO CONSERVAR LOS GRÁNULOS DE KÉFIR

Por unos días:

Si nos tenemos que ausentar por unos días, se pueden dejar los gránulos en agua azucarada para su conservación. Por más largo tiempo, se los puede congelar, siempre que hayan sido escurridos y guardados en una bolsa de plástico o bote de cristal.

Cómo secarlos:

El proceso de secado de los gránulos de kéfir, tanto los de leche como los de agua, es como sigue:

Se extienden sobre un plato. Se cubren con una servilleta de papel y se colocan en un lugar ventilado. Cada día se remueven los gránulos, para ir despegándolos del plato, con cuidado de no romperlos. El tiempo que tarden en secarse dependerá de la ventilación y la humedad ambiental. Se sabrá si están completamente secos, cuando se los note como cristalizados y nada pegajosos. 

Así se pueden meter en una bolsita y ser enviados en un sobre acolchado, franqueándolo como simple carta, por lo que se evitarán gastos de envío.

Cómo hidratarlos:

Es preferible cubrirlos de leche y renovarla hasta que los gránulos adquieran su textura gelatinosa y veamos que espesa la leche donde están sumergidos.

 


 

El Gran Libro del Kéfir

Buen estudio sobre este cultivo y variadas recetas

 


 

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